El cerro, llamado antiguamente "Cerrito Verde" o "Cerrito de la Culata", que habría sido originalmente llamado, por los aborígenes, “Loninchao”, según lo asegura el arquitecto e historiador Melvin Hoyos, director del Museo Municipal de Guayaquil, es el sitio donde se originó la ciudad de Guayaquil, ya que en sus faldas se produjo su definitiva fundación en 1547. Cuenta la leyenda que Niño de Lecumberri, español buscador de tesoros, invocó a Santa Ana cuando se encontraba en peligro de muerte. En agradecimiento colocó una Cruz con la leyenda “Santa Ana” en la cima del cerro, nombre que sustituyó desde entonces al de Cerrito Verde.
Desde entonces el Cerro Santa Ana es uno de los puntos de interés turístico más importantes de la ciudad. En un recorrido de 444 escalones se encuentran restaurantes, cafés, galerías de arte, cibercafés y tiendas de artesanías. Está dotado de plazoletas además de áreas verdes para la recreación y el descanso.
En la cima del cerro se ubica un faro (de 18 metros de alto), una capilla y el Museo Naval, lugar donde se encuentran cañones y otros artefactos que se utilizaban en los tiempos en que la ciudad era asediada por piratas. El más importante atractivo en esta área es la vista completa que se tiene de la ciudad.
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